11 tabernas madrileñas (casi) centenarias que no te puedes perder
http://www.dontstopmadrid.com/2017/07/tabernas-centenarias-madrid.html
Cuenta la historia que cuando Madrid apenas superaba los 800.000 habitantes había más de 1000 tabernas. Vamos, que no es ningún secreto que a los madrileños nos gustan los bares. Y es que ir de bares es otra forma de disfrutar de la faceta más tradicional y castiza, ya que aún cuenta con muchos lugares con larga trayectoria que resumen la esencia de la ciudad.
Hoy rendimos culto a esas tabernas centenarias (o casi) en los que el vino, las tapas, el vermú y la cerveza son protagonistas junto con el paso de los años y la tradición.
Para hablar de este encantador lugar nos tenemos que remontar a 1892 cuando Rafael Fernández Bagena creó la cadena de bodegas La Ardosa, llegando a tener 30 establecimientos. Sin embargo el que aún disfrutemos de este trocito de historia es mérito de Gregorio Monje, de profesión carnicero, y su familia, que han llevado el legado hasta nuestros días.
Repleto de cosas, este casi gabinete de curiosidades es conocido por su vermú y sus exquisitos pinchos entre los que yo tengo que destacar su tortilla de patatas. Resulta curioso cuanto menos que para pasar al otro lado del bar o al wc haya que pasar por debajo de la barra, una experiencia muy típica en La Ardosa.
La Villa y Corte daba buena cuenta de su amor por las tabernas, entre las que Casa Labra, nacida en 1860 era uno de sus buques insignia. Seña de identidad de la ciudad, hoy por hoy sigue repartiendo alegrías entre los madrileños y visitantes que encuentran en sus croquetas de bacalao un buen motivo para hacer un alto en el camino mientras disfrutan del centro de Madrid.
Dada su ubicación nos podemos figurar que estamos ante un lugar con historia. Fue en 1867 ni más ni menos cuando abrió este pequeñísimo bar que hoy por hoy resiste a la transformación del Madrid más para guiris. De este local es característico el color verde de su fachada y decoración y la peculiar columna en medio del local. Sus tinajas y múltiples botellas dejan bien claro que estamos ante la taberna perfecta para amantes del vino y el vermú.
Una gran fachada roja con la palabra VINOS presidiendo es la carta de presentación de esta sobria y sencilla taberna repleta de encanto que lleva sirviendo a los madrileños desde 1880. Sus dueños son un encanto y hacen del lugar un sitio especial que una vez conoces ya estás pensando en cuando volver. Una taberna sin complicaciones en los que matar el tiempo entre vino y vino disfrutando de una buena conversación.
Cercano a la Catedral de la Almudena encontramos esta centenaria taberna de 1909, marcada por su clásica decoración, sus techos altos, espejos y columnas labradas y por supuesto, su llamativa e inconfundible fachada color rojo.
Buenos vinos, su especialidad “el regalillo de toro” o sus galletitas con vino dulce son alguno de los alicientes para visitar tantos años de historia en el corazón de Madrid.
Malasaña es modernidad pero también tradición y Casa Camacho da buena cuenta de ello. Su interior es como adentrarse a un lugar donde el tiempo se ha congelado ya que su decoración ha permanecido idéntica a pesar del paso de los años.
Si algo es popular en Casa Camacho es su peculiar y famosa receta de “los yayos”. Vermú, ginebra y casera tienen la culpa.
Un enorme y precioso mural de azulejo antiguo preside la entrada de esta tradicional taberna que data de los años 20, antiguo despacho de vinos a granel. Cada rincón grita a los cuatro vientos tantos años de historia que enamora a la clientela, por lo que no es de extrañar su omnipresente bullicio.
Y como tampoco es de extrañar, tanta tradición se refleja en su carta. Vinos por doquier y comida casera de toda la vida son los alicientes para disfrutar del ambiente más castizo.
Sus mármoles y grandes tinajas donde guardar al vino no pueden negar que nos encontramos ante un lugar con historia. En 1920 abrió sus puertas como almacén de vinos pero tuvieron que pasar muchos años hasta que el almacén se convirtiese en una taberna.
Los amantes de los vinos verán un lugar de culto en el que probar una oferta variada y de calidad.
Esta popular sidrería, siempre llena hasta los topes, bulliciosa y alegre data ni más ni menos que de 1888. Entrar aquí es retroceder en el tiempo, gracias a su decoración que conserva la esencia de la época, con sus grandes barricas, madera y botellas por donde quiera que mires.
Uno no se puede marchar de Casa Mingo sin probar su sidra artesana, sus callos, su cocido y por supuesto, su ración de pollo asado.
En plena zona de Antón Martín nos encontramos con esta pequeña joya nacida en 1920, cuya ubicación ya era bodega desde 1894. Durante muchos años fue regentado por la misma familia hasta que en el 99 fue alquilado a una mujer sueca que le dio un lavado de cara. Un lugar pequeño y recogido repleto de madera y presidido por una gran barra de mármol que nos invita a tomar buenos vinos y embutidos.
No es centenaria, pero por poco. Su apertura data de 1921 por Julio Gil y hoy por hoy sigue regentada por la misma familia. Si por algo es famoso Casa Julio es por hacer riquísimas croquetas de distintos sabores, desde las más clásicas como las de jamón a queso azul, setas con puerro, picadillo, espinacas con pasas y gorgonzola, morcilla con membrillo o bonito con huevo y cebolla. Como curiosidad, Casa Julio se hizo internacionalmente conocida por servir croquetas a U2. ¡No hay fan de Bono y los suyos que no haya pasado por esta histórica taberna!
Hoy rendimos culto a esas tabernas centenarias (o casi) en los que el vino, las tapas, el vermú y la cerveza son protagonistas junto con el paso de los años y la tradición.
La Ardosa
Calle Colón 13Para hablar de este encantador lugar nos tenemos que remontar a 1892 cuando Rafael Fernández Bagena creó la cadena de bodegas La Ardosa, llegando a tener 30 establecimientos. Sin embargo el que aún disfrutemos de este trocito de historia es mérito de Gregorio Monje, de profesión carnicero, y su familia, que han llevado el legado hasta nuestros días.
Repleto de cosas, este casi gabinete de curiosidades es conocido por su vermú y sus exquisitos pinchos entre los que yo tengo que destacar su tortilla de patatas. Resulta curioso cuanto menos que para pasar al otro lado del bar o al wc haya que pasar por debajo de la barra, una experiencia muy típica en La Ardosa.
Casa Labra
Calle Tetuan 12La Villa y Corte daba buena cuenta de su amor por las tabernas, entre las que Casa Labra, nacida en 1860 era uno de sus buques insignia. Seña de identidad de la ciudad, hoy por hoy sigue repartiendo alegrías entre los madrileños y visitantes que encuentran en sus croquetas de bacalao un buen motivo para hacer un alto en el camino mientras disfrutan del centro de Madrid.
Foto de 11870
Bodegas Ricla
Calle Cuchilleros 6Dada su ubicación nos podemos figurar que estamos ante un lugar con historia. Fue en 1867 ni más ni menos cuando abrió este pequeñísimo bar que hoy por hoy resiste a la transformación del Madrid más para guiris. De este local es característico el color verde de su fachada y decoración y la peculiar columna en medio del local. Sus tinajas y múltiples botellas dejan bien claro que estamos ante la taberna perfecta para amantes del vino y el vermú.
Vinos, 2 de Sagasta
Calle Sagasta 2Una gran fachada roja con la palabra VINOS presidiendo es la carta de presentación de esta sobria y sencilla taberna repleta de encanto que lleva sirviendo a los madrileños desde 1880. Sus dueños son un encanto y hacen del lugar un sitio especial que una vez conoces ya estás pensando en cuando volver. Una taberna sin complicaciones en los que matar el tiempo entre vino y vino disfrutando de una buena conversación.
El Anciano Rey de los Vinos
Calle Bailén 19Cercano a la Catedral de la Almudena encontramos esta centenaria taberna de 1909, marcada por su clásica decoración, sus techos altos, espejos y columnas labradas y por supuesto, su llamativa e inconfundible fachada color rojo.
Buenos vinos, su especialidad “el regalillo de toro” o sus galletitas con vino dulce son alguno de los alicientes para visitar tantos años de historia en el corazón de Madrid.
Foro de www.madridcoolblog.com
Casa Camacho
Calle san Andrés 4Malasaña es modernidad pero también tradición y Casa Camacho da buena cuenta de ello. Su interior es como adentrarse a un lugar donde el tiempo se ha congelado ya que su decoración ha permanecido idéntica a pesar del paso de los años.
Si algo es popular en Casa Camacho es su peculiar y famosa receta de “los yayos”. Vermú, ginebra y casera tienen la culpa.
Bodegas Rosell
Calle General Lacy 14Un enorme y precioso mural de azulejo antiguo preside la entrada de esta tradicional taberna que data de los años 20, antiguo despacho de vinos a granel. Cada rincón grita a los cuatro vientos tantos años de historia que enamora a la clientela, por lo que no es de extrañar su omnipresente bullicio.
Y como tampoco es de extrañar, tanta tradición se refleja en su carta. Vinos por doquier y comida casera de toda la vida son los alicientes para disfrutar del ambiente más castizo.
Foto de www.dondeviajamos.com
Casa Gerardo
Calle Calatrava 21Sus mármoles y grandes tinajas donde guardar al vino no pueden negar que nos encontramos ante un lugar con historia. En 1920 abrió sus puertas como almacén de vinos pero tuvieron que pasar muchos años hasta que el almacén se convirtiese en una taberna.
Los amantes de los vinos verán un lugar de culto en el que probar una oferta variada y de calidad.
Casa Mingo
Paseo de la Florida 34Esta popular sidrería, siempre llena hasta los topes, bulliciosa y alegre data ni más ni menos que de 1888. Entrar aquí es retroceder en el tiempo, gracias a su decoración que conserva la esencia de la época, con sus grandes barricas, madera y botellas por donde quiera que mires.
Uno no se puede marchar de Casa Mingo sin probar su sidra artesana, sus callos, su cocido y por supuesto, su ración de pollo asado.
Foto de Pedro Rufo
Vinícola Mentridana
Calle San Eugenio 9En plena zona de Antón Martín nos encontramos con esta pequeña joya nacida en 1920, cuya ubicación ya era bodega desde 1894. Durante muchos años fue regentado por la misma familia hasta que en el 99 fue alquilado a una mujer sueca que le dio un lavado de cara. Un lugar pequeño y recogido repleto de madera y presidido por una gran barra de mármol que nos invita a tomar buenos vinos y embutidos.
U2 en Casa Julio
Casa Julio
Calle Madera 37No es centenaria, pero por poco. Su apertura data de 1921 por Julio Gil y hoy por hoy sigue regentada por la misma familia. Si por algo es famoso Casa Julio es por hacer riquísimas croquetas de distintos sabores, desde las más clásicas como las de jamón a queso azul, setas con puerro, picadillo, espinacas con pasas y gorgonzola, morcilla con membrillo o bonito con huevo y cebolla. Como curiosidad, Casa Julio se hizo internacionalmente conocida por servir croquetas a U2. ¡No hay fan de Bono y los suyos que no haya pasado por esta histórica taberna!
Mi taberna favorita es La Ardosa. He pasado muchas tardes a base de vermouth y pinchos
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