Los mejores parques para meditar en Madrid
http://www.dontstopmadrid.com/2017/06/parques-madrid-meditar.html
Oooohhhhmmmmmm... La ciudad de Madrid cuenta con variados espacios verdes para todos los gustos, cada uno con características propias y con un encanto particular.
Puedes acceder al listado de parques en la ciudad en el siguiente enlace: Listado parques.
El contacto y la relación con la naturaleza permite despejar nuestra mente y conectar con nuestra intuición, realmente somos seres vivos y uno de los factores para cuidar de nuestra calidad de vida es el poder contar con espacios naturales. Realmente el poder parar y regalarnos un tiempo de calidad para nosotros mismos, donde poder expandir nuestra mente con los paisajes y dejarnos invadir por los estímulos sensoriales propios de un parque: más silencio, menos colas y esperas, encuentro con otros en un ambiente natural, respirar aire fresco, sentir la belleza y energía de las flores, los árboles, la hierba…. sí que por sí mismo, la meditación tiene un efecto terapéutico. Estando en el parque se pueden realizar diferentes actividades, entre ellas la meditación, que muchas veces se da por sí misma cuando nos fundimos con la experiencia de las sensaciones y nos olvidamos de la agenda, y nos permitimos fluir: puede ser caminando atentamente, corriendo mientras nos liberamos de sobrecarga y vamos conectando con nosotros retándonos a continuar a ir hacia delante, también podemos sentarnos tumbarnos y meditar centrándonos en la respiración y generando nuestro espacio de silencio para favorecer la escucha interior profunda.
Sí, aunque es muy personal, es importante buscar un lugar agradable en temperatura y cantidad de estimulación sensorial de sonidos. Primeramente nos ayuda tomar conciencia del cuerpo, nuestra posición y cómo está cada una de las zonas corporales, ya que al llevar atención vamos centrándonos y damos la oportunidad a que el cuerpo se relaje. Si conectamos con tensiones podemos estirar un poco e imaginar que cuando inspiramos llevamos el aire a esa zona por ejemplo para ir soltando. Probablemente en parques de Madrid como El Retiro nos será difícil encontrar un lugar tranquilo, pero haberlos haylos, pero además tienes otras opciones más tranquilas como el Parque de Berlín, el Juan Carlos I, la Quinta del Moro... ¡Tienes para elegir! Aquí te dejamos un post que hicimos sobre los "otros" parques de Madrid.
Luego podemos prestar atención a las sensaciones que nos llegan del espacio: el aire en la cara, la temperatura, la hierba bajo nuestros pies, los sonidos de la naturaleza y del entorno, integrándolos en la experiencia. El contacto y atención a nuestra respiración -cómo estamos respirando, inspirar profundamente, sentir el aire cuando entra y sale- nos ayuda a relajarnos, a ampliar nuestra introspección y a centrarnos en la experiencia.
Una vez hayamos entrado en este estado de atención profunda, podemos preguntarnos ¿cómo estoy? ¿cómo me siento? centrándonos en la respiración… abriéndonos a las respuestas y sensaciones, pero integrándolas como el cauce de un río en movimiento sin apegarnos a nada, centrándonos en la respiración.
Si nos vienen pensamientos del día a día los observamos, los integramos, y dejamos que fluyan como nuestra respiración.
Podemos finalmente preguntarnos interiormente ¿qué necesito en este momento?, y depende del día pueden aflorar respuestas de nuestra sabiduría interior.
Lo importante es no intentar controlar el proceso, tan sólo observar, sentir… fluir, con la respiración como compañera y maestra que nos muestra que la vida sucede por sí misma y sigue su curso.
Si en los parques de Madrid hay espacio para la bicicleta, patinar, pasear, correr o disfrutar de un artista callejero, ¿por qué no practicar también meditación? ;)
Puedes acceder al listado de parques en la ciudad en el siguiente enlace: Listado parques.
El contacto y la relación con la naturaleza permite despejar nuestra mente y conectar con nuestra intuición, realmente somos seres vivos y uno de los factores para cuidar de nuestra calidad de vida es el poder contar con espacios naturales. Realmente el poder parar y regalarnos un tiempo de calidad para nosotros mismos, donde poder expandir nuestra mente con los paisajes y dejarnos invadir por los estímulos sensoriales propios de un parque: más silencio, menos colas y esperas, encuentro con otros en un ambiente natural, respirar aire fresco, sentir la belleza y energía de las flores, los árboles, la hierba…. sí que por sí mismo, la meditación tiene un efecto terapéutico. Estando en el parque se pueden realizar diferentes actividades, entre ellas la meditación, que muchas veces se da por sí misma cuando nos fundimos con la experiencia de las sensaciones y nos olvidamos de la agenda, y nos permitimos fluir: puede ser caminando atentamente, corriendo mientras nos liberamos de sobrecarga y vamos conectando con nosotros retándonos a continuar a ir hacia delante, también podemos sentarnos tumbarnos y meditar centrándonos en la respiración y generando nuestro espacio de silencio para favorecer la escucha interior profunda.
¿Alguna indicación para meditar en el parque?
Sí, aunque es muy personal, es importante buscar un lugar agradable en temperatura y cantidad de estimulación sensorial de sonidos. Primeramente nos ayuda tomar conciencia del cuerpo, nuestra posición y cómo está cada una de las zonas corporales, ya que al llevar atención vamos centrándonos y damos la oportunidad a que el cuerpo se relaje. Si conectamos con tensiones podemos estirar un poco e imaginar que cuando inspiramos llevamos el aire a esa zona por ejemplo para ir soltando. Probablemente en parques de Madrid como El Retiro nos será difícil encontrar un lugar tranquilo, pero haberlos haylos, pero además tienes otras opciones más tranquilas como el Parque de Berlín, el Juan Carlos I, la Quinta del Moro... ¡Tienes para elegir! Aquí te dejamos un post que hicimos sobre los "otros" parques de Madrid.
Luego podemos prestar atención a las sensaciones que nos llegan del espacio: el aire en la cara, la temperatura, la hierba bajo nuestros pies, los sonidos de la naturaleza y del entorno, integrándolos en la experiencia. El contacto y atención a nuestra respiración -cómo estamos respirando, inspirar profundamente, sentir el aire cuando entra y sale- nos ayuda a relajarnos, a ampliar nuestra introspección y a centrarnos en la experiencia.
Una vez hayamos entrado en este estado de atención profunda, podemos preguntarnos ¿cómo estoy? ¿cómo me siento? centrándonos en la respiración… abriéndonos a las respuestas y sensaciones, pero integrándolas como el cauce de un río en movimiento sin apegarnos a nada, centrándonos en la respiración.
Si nos vienen pensamientos del día a día los observamos, los integramos, y dejamos que fluyan como nuestra respiración.
Podemos finalmente preguntarnos interiormente ¿qué necesito en este momento?, y depende del día pueden aflorar respuestas de nuestra sabiduría interior.
Lo importante es no intentar controlar el proceso, tan sólo observar, sentir… fluir, con la respiración como compañera y maestra que nos muestra que la vida sucede por sí misma y sigue su curso.
Si en los parques de Madrid hay espacio para la bicicleta, patinar, pasear, correr o disfrutar de un artista callejero, ¿por qué no practicar también meditación? ;)
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