West 42nd Concept Bar, encanto neoyorkino en la Calle Lagasca
http://www.dontstopmadrid.com/2017/01/west-42nd-concept-bar.html
Manhattan es una amalgama de culturas, creencias, idiomas y sabores que conviven dentro del caos de “la gran manzana”. Bajo esta premisa parte West 42nd Concept Bar, un restaurante de inspiración neoyorkina dispuesto a cautivar a todo el que se acerque a disfrutar de su cocina contemporánea y multicultural, maridada con espectaculares cocteles.
El restaurante cuenta con una reducida pero seleccionada carta con trece propuestas gastronómicas entre los que encontramos sabores italianos, asiáticos, latinos, españoles y otros puramente americanos, con un estilo fusión. La carta, diseñada por el Chef Jeremy Levy, se completa con 35 cocteles (a 9 euros cada uno) creados por Carmine Sexto, entre los cuales encontramos sugerencias específicas para maridar con cada uno de los trece platos de la carta.
Nosotros probamos cuatro platos de los trece y dos de los tres postres. Comenzamos con un tartar de gambón, shchimi, cítricos y emulsión de gamba (14 euros), para quien quiera huir de los típicos tartar de salmón. Lo maridamos con un “Maujito”, una especie de michelada tropical que rebajaba el punto picante del tartar. Seguimos con un usuzuki de vieiras con gel de ponzu de tamarindo, pimientas de sansho y rabanitos (18 euros), un plato interesante, pero fuerte e intenso que se me hace imposible para mi sola pero perfecto para compartir. Lo maridamos con un Apple Mule, de ron, jarabe de jengibre, zumo de lima y zumo de manzana. Un auténtico pelotazo.
Seguimos con el pulpito wey, un pulpo braseado con cama de aguacate, lima, mayonesa de chipotle y pico de gallo (17 euros). Si sois muy fans del típico pulpo a la brasa de taberna, quizás podéis sentiros decepcionados, ya que en este plato no hay protagonista, se busca un conjunto y el pulpo compite entre iguales entre el aguacate y el suave picor del chipotle. A mi personalmente me encantó. Lo acompañamos con un Cucumber Rush con vodka, pepino, orange bitter, lima, azúcar, tabasco y soda.
Finalizamos esta deliciosa ronda con el que es para mi el plato estrella por sabor y melosidad. La carrillera de cerdo ibérico glaseada con teriyaki de naranja con emulsión de boniato y quinoa (15 euros) nos supo a gloria bendita. Brutal. Lo acompañamos con uno de los cocteles que más nos gustó, el New York Sour con whisky, zumo de limón, jarabe de azúcar, clara de huevo y top de Rioja. Buenísimo.
Para los postres, nos dejamos seducir por dos típicos americanos, un banoffee y una suavísima cheesecake que fueron la guinda perfecta a una comida francamente excepcional.
Comentaros también que el local es moderno, bien decorado aunque sin mucho artificio y la atención resultó esmerada y atenta. Todo a la altura de la carta. Una visita de diez.
Otros datos que pueden interesaros es que cuentan con un carrito de opciones take away con platos ligeros (sushi, focaccias, etc) para los que curran por la zona. A parte, tienen menú del día y sirven desayunos y meriendas, entre ellas con pastelería americana de la mano del obrador Hilando Fino. El café es illy, que nunca falla. Si vais en sábado, podéis disfrutar de un estupendo brunch.
Los cocteles son algo a destacar del local, por su sabor y creatividad. Si eres amante del afterwork puedes disfrutar de su happy hour de lunes a viernes de 5 a 8 de la tarde, con un flamante 2x1.
El restaurante cuenta con una reducida pero seleccionada carta con trece propuestas gastronómicas entre los que encontramos sabores italianos, asiáticos, latinos, españoles y otros puramente americanos, con un estilo fusión. La carta, diseñada por el Chef Jeremy Levy, se completa con 35 cocteles (a 9 euros cada uno) creados por Carmine Sexto, entre los cuales encontramos sugerencias específicas para maridar con cada uno de los trece platos de la carta.
Nosotros probamos cuatro platos de los trece y dos de los tres postres. Comenzamos con un tartar de gambón, shchimi, cítricos y emulsión de gamba (14 euros), para quien quiera huir de los típicos tartar de salmón. Lo maridamos con un “Maujito”, una especie de michelada tropical que rebajaba el punto picante del tartar. Seguimos con un usuzuki de vieiras con gel de ponzu de tamarindo, pimientas de sansho y rabanitos (18 euros), un plato interesante, pero fuerte e intenso que se me hace imposible para mi sola pero perfecto para compartir. Lo maridamos con un Apple Mule, de ron, jarabe de jengibre, zumo de lima y zumo de manzana. Un auténtico pelotazo.
Seguimos con el pulpito wey, un pulpo braseado con cama de aguacate, lima, mayonesa de chipotle y pico de gallo (17 euros). Si sois muy fans del típico pulpo a la brasa de taberna, quizás podéis sentiros decepcionados, ya que en este plato no hay protagonista, se busca un conjunto y el pulpo compite entre iguales entre el aguacate y el suave picor del chipotle. A mi personalmente me encantó. Lo acompañamos con un Cucumber Rush con vodka, pepino, orange bitter, lima, azúcar, tabasco y soda.
Finalizamos esta deliciosa ronda con el que es para mi el plato estrella por sabor y melosidad. La carrillera de cerdo ibérico glaseada con teriyaki de naranja con emulsión de boniato y quinoa (15 euros) nos supo a gloria bendita. Brutal. Lo acompañamos con uno de los cocteles que más nos gustó, el New York Sour con whisky, zumo de limón, jarabe de azúcar, clara de huevo y top de Rioja. Buenísimo.
Para los postres, nos dejamos seducir por dos típicos americanos, un banoffee y una suavísima cheesecake que fueron la guinda perfecta a una comida francamente excepcional.
Comentaros también que el local es moderno, bien decorado aunque sin mucho artificio y la atención resultó esmerada y atenta. Todo a la altura de la carta. Una visita de diez.
Otros datos que pueden interesaros es que cuentan con un carrito de opciones take away con platos ligeros (sushi, focaccias, etc) para los que curran por la zona. A parte, tienen menú del día y sirven desayunos y meriendas, entre ellas con pastelería americana de la mano del obrador Hilando Fino. El café es illy, que nunca falla. Si vais en sábado, podéis disfrutar de un estupendo brunch.
Los cocteles son algo a destacar del local, por su sabor y creatividad. Si eres amante del afterwork puedes disfrutar de su happy hour de lunes a viernes de 5 a 8 de la tarde, con un flamante 2x1.
West 42nd
Calle Lagasca 11
Teléfono 91 431 86 58
Horario de lunes a jueves de 8 a 01, viernes de 8 a 02, sábado de 11 a 03 y domingos de 11 a 00 horas
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