Restaurante Los Montes de Galicia, los sabores gallegos se renuevan
http://www.dontstopmadrid.com/2015/12/montes-de-galicia.html
Galicia y buen comer son dos cosas indudablemente relacionadas entre sí, y sin duda "Montes de Galicia" sabe dejar el pabellón bien alto. Situado en la zona de Guindalera, un barrio de toda la vida a un paso de la Plaza de Toros de Las Ventas, se encuentra este más que recomendable restaurante cuyos ingredientes esenciales son buena materia prima, ambiente cuidado y perfecta atención.
Nos encontramos ante un restaurante con 18 años de historia, 11 de ellos en ese emplazamiento y con una renovación de estilo y carta en el último año que les ha sentado especialmente bien. Empiezo hablando de la sala, cuya decoración es preciosa y elegante, con pequeños toques gallegos (esos preciosos Sargadelos como me gustan!) que logran crear una atmósfera cálida pero moderna, perfecto para comer o cenar con familia o amigos.
La carta es muy variada y extensa, basada principalmente en recetas gallegas con una pequeña vuelta de tuerca, aunque también han incorporado ciertos platos de cocina internacional. Yo no quería experimentos así que nos decantamos por platos 100% gallegos, eso sí, modernizados.
Todo lo que veis pertenece a un menú degustación (aunque por supuesto, también se puede pedir por carta). Tienen diferentes menús, por ejemplo uno para 2 personas (preguntad por el menú "Fidelidad" a 45€/persona), o menús para 4 o más comensales desde 36€, todos con bebidas incluidas (vino y Anna de Codorniu). Si queréis ir mirando precios, en la web lo encontraréis.
Comenzamos con un aperitivo a base de empanada de sardinas y pasas, muy gallego pero nada tradicional, que acompañamos con un cocktail de campari y vermú rojo que sirvió para abrir boca. Le siguió un delicioso y muy ligero foi micuit a la plancha con reducción de PX. Sabor suave, pero agradable, liviano y sin duda, uno de los imprescindibles de Montes de Galicia. ¡No os lo podéis perder!
Seguimos con un pulpo a feira de toda la vida, con buen producto y buen punto de cocción. Un plato que sabe a las mil maravillas cuando está bien preparado. Clásico, pero un valor seguro. Por supuesto seguimos con productos del mar, ya que de eso Galicia entiende y mucho. Disfrutamos mucho de los mejillones hechos en bolsa de cocción (que abren delante del comensal), con cava, romero y limón, que daban un sabor único e intenso que me resultó muy interesante. Un plato con un pequeño giro que me gustó y que recomiendo encarecidamente.
Como estamos ya saludando al invierno, no pudimos decir que no a un poco de pote gallego, receta que ha pasado de generación en generación y que agradecí enormemente a pesar de estar quizás un poco fuerte de sal. Se notaba que la alubia era de calidad y que se trataba de un guiso preparado con un día de antelación para que lograse más cuerpo.
Tras este gran festín de primeros platos seguimos con dos principales, uno de carne y otro de pescado. Del mar venían unos tacos de merluza en tempura con cerveza de trigo. La merluza era suave y fresca, aunque siempre me ha parecido un pescado con poca personalidad. A pesar de su preparación con un toque original, no sería un plato que me pediría para mi sola, sino para compartir. Lo que sí disfruté muchísimo fue la carne gallega madura, porque se notaba que la materia prima era de calidad. Con carne así, es mejor no estropearla con preparaciones demasiado elaboradas. La sencillez es necesaria y en este sentido, sin duda acertaron. ¡Menudo festín!
A pesar de estar ya muy llenos, perderse el postre sería pecado. Pudimos probar un poquito de filloa de queso, muy suave y ligero, perfecto para quienes no quieren terminar sin el puntito dulce pero no quieren acabar demasiado llenos. Otro poste recomendable y muy representativo de la casa es la brutal tarta de queso gallego con base de galleta, un éxtasis de dulce que mi faceta más golosa agradeció para terminar la cena.
Antes de marcharos, si sois de cockteles, no dejéis de probar la seductora carta de cocktelería que tienen, todo preparado por un barman que nos pareció un completo artista de los espirituosos. Yo me decanté por un cocktail sin alcohol con arándanos, lima y un toque de jengibre, absolutamente buenísimo. Si buscáis algo más especial, podéis probar alguno de sus cockteles inspirados en Galicia preparados a base de orujos... Una forma de darle un toque contemporáneo a los sabores de toda la vida.
Con esto acabó este gran festival de sabores gallegos y qué queréis que os diga... no puedo ponerle ninguna queja!! El servicio fue perfecto, el local tenía un ambiente muy agradable y los platos que probamos nos resultaron de muy alta calidad, tanto en ingredientes como en preparación. Si buscáis un sitio especial y que no os decepcione por unos 40€ por persona, Montes de Galicia es un lugar para tener muy pero que muy en cuenta. ¡Que aproveche!
Nos encontramos ante un restaurante con 18 años de historia, 11 de ellos en ese emplazamiento y con una renovación de estilo y carta en el último año que les ha sentado especialmente bien. Empiezo hablando de la sala, cuya decoración es preciosa y elegante, con pequeños toques gallegos (esos preciosos Sargadelos como me gustan!) que logran crear una atmósfera cálida pero moderna, perfecto para comer o cenar con familia o amigos.
La carta es muy variada y extensa, basada principalmente en recetas gallegas con una pequeña vuelta de tuerca, aunque también han incorporado ciertos platos de cocina internacional. Yo no quería experimentos así que nos decantamos por platos 100% gallegos, eso sí, modernizados.
Todo lo que veis pertenece a un menú degustación (aunque por supuesto, también se puede pedir por carta). Tienen diferentes menús, por ejemplo uno para 2 personas (preguntad por el menú "Fidelidad" a 45€/persona), o menús para 4 o más comensales desde 36€, todos con bebidas incluidas (vino y Anna de Codorniu). Si queréis ir mirando precios, en la web lo encontraréis.
Comenzamos con un aperitivo a base de empanada de sardinas y pasas, muy gallego pero nada tradicional, que acompañamos con un cocktail de campari y vermú rojo que sirvió para abrir boca. Le siguió un delicioso y muy ligero foi micuit a la plancha con reducción de PX. Sabor suave, pero agradable, liviano y sin duda, uno de los imprescindibles de Montes de Galicia. ¡No os lo podéis perder!
Seguimos con un pulpo a feira de toda la vida, con buen producto y buen punto de cocción. Un plato que sabe a las mil maravillas cuando está bien preparado. Clásico, pero un valor seguro. Por supuesto seguimos con productos del mar, ya que de eso Galicia entiende y mucho. Disfrutamos mucho de los mejillones hechos en bolsa de cocción (que abren delante del comensal), con cava, romero y limón, que daban un sabor único e intenso que me resultó muy interesante. Un plato con un pequeño giro que me gustó y que recomiendo encarecidamente.
Como estamos ya saludando al invierno, no pudimos decir que no a un poco de pote gallego, receta que ha pasado de generación en generación y que agradecí enormemente a pesar de estar quizás un poco fuerte de sal. Se notaba que la alubia era de calidad y que se trataba de un guiso preparado con un día de antelación para que lograse más cuerpo.
Tras este gran festín de primeros platos seguimos con dos principales, uno de carne y otro de pescado. Del mar venían unos tacos de merluza en tempura con cerveza de trigo. La merluza era suave y fresca, aunque siempre me ha parecido un pescado con poca personalidad. A pesar de su preparación con un toque original, no sería un plato que me pediría para mi sola, sino para compartir. Lo que sí disfruté muchísimo fue la carne gallega madura, porque se notaba que la materia prima era de calidad. Con carne así, es mejor no estropearla con preparaciones demasiado elaboradas. La sencillez es necesaria y en este sentido, sin duda acertaron. ¡Menudo festín!
A pesar de estar ya muy llenos, perderse el postre sería pecado. Pudimos probar un poquito de filloa de queso, muy suave y ligero, perfecto para quienes no quieren terminar sin el puntito dulce pero no quieren acabar demasiado llenos. Otro poste recomendable y muy representativo de la casa es la brutal tarta de queso gallego con base de galleta, un éxtasis de dulce que mi faceta más golosa agradeció para terminar la cena.
Antes de marcharos, si sois de cockteles, no dejéis de probar la seductora carta de cocktelería que tienen, todo preparado por un barman que nos pareció un completo artista de los espirituosos. Yo me decanté por un cocktail sin alcohol con arándanos, lima y un toque de jengibre, absolutamente buenísimo. Si buscáis algo más especial, podéis probar alguno de sus cockteles inspirados en Galicia preparados a base de orujos... Una forma de darle un toque contemporáneo a los sabores de toda la vida.
Con esto acabó este gran festival de sabores gallegos y qué queréis que os diga... no puedo ponerle ninguna queja!! El servicio fue perfecto, el local tenía un ambiente muy agradable y los platos que probamos nos resultaron de muy alta calidad, tanto en ingredientes como en preparación. Si buscáis un sitio especial y que no os decepcione por unos 40€ por persona, Montes de Galicia es un lugar para tener muy pero que muy en cuenta. ¡Que aproveche!
Los Montes de Galicia
Calle de Azcona 46
Teléfono: 913 552 786
Horario: Lunes de 8 a 16 horas. Martes a domingos de 8 a 02:30 horas
www.losmontesdegalicia.com
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