Santo Restaurante & Deli: desde Brasil con amor
http://www.dontstopmadrid.com/2015/02/santo-restaurante.html
Santo es fruto del trabajo de Juliana Aguilar, una brasileña afincada en Madrid desde hace 14 años que ha hecho de la cocina su modo de vida. Con un pasado de actriz, llegó a España desde su Brasilia natal y empezó desde cero en el mundo de la hostelería. Comenzó poco a poco y pasó de servir mesas a aprender y trabajar con los mejores chefs.
Hoy vive su pasión por la cocina con Santo, un restaurante con alma brasileña de cuyos fogones salen los platos de la cocina que interpreta como suya. Y es que Brasil es demasiado grande y su riqueza gastronómica es imposible de resumirse en una sola carta.
Entro por la puerta y me recibe un gran mostrador plagado de mezzes (los típicos entrantes para compartir), productos gourmet y un espacio delicadamente decorado que invita a sentirse como en casa. Junto a la ventana hay unas mesas para dos, más al fondo mesas más grandes y veo también un chester de piel la mar de cómodo en el que no puedo evitar querer sentarme.
Llega la carta en un formato original, una tabla de cortar, y veo propuestas puramente brasileñas y otras fusión, pero todas me apetecen. Como eramos unos cuántos nos prepararon un menú degustación para probar un poquito de todo. Comenzamos con un pan de queso hecho de almidón de yuca, sabroso y esponjoso. Un buen presagio de lo que está por venir.
Me gustó especialmente el steak tartar de carne de picaña (un corte típico brasileño), que sirven acompañado de una oblea de tapioca que le da soporte aunque quizás le roba protagonismo. La carne está sabrosa y bien preparada, lista para satisfacer a los más fanáticos de este plato. Después le sigue mi plato favorito: presa ibérica ahumada con salmorejo verde (8,50€). Original, visualmente atractivo y delicioso. El salmorejo verde está hecho con un toque de berza que me encantó y que favorecía el juego de sabores. ¡Ponedme dos más!
Llega otro peso pesado con alma fusión: oreja con jengibre y ketchup de guayaba (6€). La oreja estaba buenísima al estar bien empapada en la salsa. De lo mejor, os aviso, querréis poner esa salsa en todo. ¡Deberían venderla para tenerla en casa! Otro plato que me conquistó fue la moqueca de gambones (17€), algo parecido a una caldereta made in Brasil pero con un sabor dulzón propio de la leche de coco. Un plato delicado y exótico a partes iguales.
Y sin duda si hablamos de comida brasileña no podemos olvidarnos de la feijoada. Santo Restaurante tiene en carta una versión más reducida llamada "Feijoada 3 bocados" (8€) pero el último sábado del mes lo preparan al modo tradicional, para que te pongas todo lo que quieras (cual cocido madrileño de domingo). Uno de los mejores platos, no hay duda. ¡Imprescindible!
Y si tenéis un huequecito, no paséis por alto sus postres. Mi favorito es la mousse de maracuyá (que para colmo tiene la parte superior caramelizada)) pero el que más me sorprendió fue la tartaleta choco-ginger, con un puntito muy fresquito.
Con estos platos... ¿Cómo no voy a querer repetir?
Hoy vive su pasión por la cocina con Santo, un restaurante con alma brasileña de cuyos fogones salen los platos de la cocina que interpreta como suya. Y es que Brasil es demasiado grande y su riqueza gastronómica es imposible de resumirse en una sola carta.
Entro por la puerta y me recibe un gran mostrador plagado de mezzes (los típicos entrantes para compartir), productos gourmet y un espacio delicadamente decorado que invita a sentirse como en casa. Junto a la ventana hay unas mesas para dos, más al fondo mesas más grandes y veo también un chester de piel la mar de cómodo en el que no puedo evitar querer sentarme.
Llega la carta en un formato original, una tabla de cortar, y veo propuestas puramente brasileñas y otras fusión, pero todas me apetecen. Como eramos unos cuántos nos prepararon un menú degustación para probar un poquito de todo. Comenzamos con un pan de queso hecho de almidón de yuca, sabroso y esponjoso. Un buen presagio de lo que está por venir.
Me gustó especialmente el steak tartar de carne de picaña (un corte típico brasileño), que sirven acompañado de una oblea de tapioca que le da soporte aunque quizás le roba protagonismo. La carne está sabrosa y bien preparada, lista para satisfacer a los más fanáticos de este plato. Después le sigue mi plato favorito: presa ibérica ahumada con salmorejo verde (8,50€). Original, visualmente atractivo y delicioso. El salmorejo verde está hecho con un toque de berza que me encantó y que favorecía el juego de sabores. ¡Ponedme dos más!
Llega otro peso pesado con alma fusión: oreja con jengibre y ketchup de guayaba (6€). La oreja estaba buenísima al estar bien empapada en la salsa. De lo mejor, os aviso, querréis poner esa salsa en todo. ¡Deberían venderla para tenerla en casa! Otro plato que me conquistó fue la moqueca de gambones (17€), algo parecido a una caldereta made in Brasil pero con un sabor dulzón propio de la leche de coco. Un plato delicado y exótico a partes iguales.
Y sin duda si hablamos de comida brasileña no podemos olvidarnos de la feijoada. Santo Restaurante tiene en carta una versión más reducida llamada "Feijoada 3 bocados" (8€) pero el último sábado del mes lo preparan al modo tradicional, para que te pongas todo lo que quieras (cual cocido madrileño de domingo). Uno de los mejores platos, no hay duda. ¡Imprescindible!
Y si tenéis un huequecito, no paséis por alto sus postres. Mi favorito es la mousse de maracuyá (que para colmo tiene la parte superior caramelizada)) pero el que más me sorprendió fue la tartaleta choco-ginger, con un puntito muy fresquito.
Con estos platos... ¿Cómo no voy a querer repetir?
Oreja con ketchup de guayaba
Moqueca de gambones
La feijoada tres bocados
Foto del choco ginger: AmoresPhotos
Santo Restaurante & Deli
Calle Caños del Peral, 9 < M > Ópera o Santo Domingo
Teléfono: 91 542 00 50
www.santoresto.com
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