El Jardín Secreto y el Salón de té de Salvador Bachiller
http://www.dontstopmadrid.com/2014/07/jardin-secreto-salvador-bachiller.html
A unos cuantos metros sobre el suelo en la caótica calle Montera - siempre llena de gente de un lado para otro - podemos encontrar uno de los lugares más tranquilos y agradables de Madrid. Se trata de la nueva tienda de Salvador Bachiller, que además de ofrecer bolsos y maletas por doquier, ha decidido deleitar al público madrileño a golpe de buen gusto con su "Jardín Secreto" y "Sala del té".
Se trata de un espacio que ha habilitado esta tienda en la tercera y cuarta planta de su espacio en la Calle Montera. Nada más entrar, dirígete al ascensor. En la planta 3 te espera la clase y el relax de una sala de té. El espacio, decorado con un gusto innegable, es un lugar amplio, silencioso y relajante en el que poder tomar café, té, un refresco, batido o zumo o comer algo ligerito, como una rica ensalada.
Si te sientas en alguno de sus cómodos sillones, te aseguro que no te levantarás de ahí en horas. Por 2,5€ me tomé una taza de té negro con todo lujo de detalles, desde distintos tipos de azúcar, una bonita y rebosante tetera y por supuesto, un bollito con el que acompañar. Como os podéis imaginar, ante tal despliegue no podía sino sentirme cual princesa. ¿No es bonita la forma de presentarlo?
Si preferís estar al aire libre (pero a la sombra, muy importante), podéis ir directos a la planta cuatro. Ahí os estará esperando un precioso jardín lleno de plantas y flores, decorado a base de antiguos muebles de jardín (como sillones-columpio o jaulitas de pájaro), y con sus agradecidos vaporizadores para que la gente no pase ni un poco de calor.
El menú es el mismo que en la tercera planta y sorprende desde luego su forma de hacerlo llegar al cliente. ¿No os parece original que te den el menú en una casita de pájaros? Los precios son bastante accesibles, por ejemplo 2€ el café, 3€ un helado, 2.5€ un desayuno, 4€ una merienda dulce, 5€ un batido de helado o un sorbete, o 8€ un menú ligero de ensalada mixta, gazpacho y bebida.
Si os gusta rodearos de cosas bonitas y sentiros relajados, este es el lugar que estabais buscando. No tardéis más en disfrutar de esta alegría para los sentidos. Os va a enamorar.
Se trata de un espacio que ha habilitado esta tienda en la tercera y cuarta planta de su espacio en la Calle Montera. Nada más entrar, dirígete al ascensor. En la planta 3 te espera la clase y el relax de una sala de té. El espacio, decorado con un gusto innegable, es un lugar amplio, silencioso y relajante en el que poder tomar café, té, un refresco, batido o zumo o comer algo ligerito, como una rica ensalada.
Si te sientas en alguno de sus cómodos sillones, te aseguro que no te levantarás de ahí en horas. Por 2,5€ me tomé una taza de té negro con todo lujo de detalles, desde distintos tipos de azúcar, una bonita y rebosante tetera y por supuesto, un bollito con el que acompañar. Como os podéis imaginar, ante tal despliegue no podía sino sentirme cual princesa. ¿No es bonita la forma de presentarlo?
El menú es el mismo que en la tercera planta y sorprende desde luego su forma de hacerlo llegar al cliente. ¿No os parece original que te den el menú en una casita de pájaros? Los precios son bastante accesibles, por ejemplo 2€ el café, 3€ un helado, 2.5€ un desayuno, 4€ una merienda dulce, 5€ un batido de helado o un sorbete, o 8€ un menú ligero de ensalada mixta, gazpacho y bebida.
Si os gusta rodearos de cosas bonitas y sentiros relajados, este es el lugar que estabais buscando. No tardéis más en disfrutar de esta alegría para los sentidos. Os va a enamorar.
Jardín Secreto y Salón de Té de Salvador Bachiller
c/ Montera, 37 < M > Gran Vía o Sol
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Es un sitio tranquilo, pero cuando vas a pagar te llevas la sorpresa, los precios no son los que ponen en la carta, te lo cobran más caro. Además envié una queja y obtuve la callada por respuesta. Hay muchos sitios tranquilos y agradables en Madrid, prefiero ir a uno donde no me tomen el pelo.
ResponderEliminarA mi me encanta. La atención es muy buena y pagas por la experiencia, para
ResponderEliminartomarte un café a 1 euro tienes otros locales donde un poco más y te ladra la camarera.
Me encantó. Merece la pena pagar por estar en un oasis como ése en pleno centro de Madrid. Entre el calor y el ajetreo, para mí la experiencia de relajarme en un sitio así me encantó. El batido riquísimo y fresco, y con muchos detalles que complementan la experiencia. Repetiré sin dudar.
ResponderEliminarEfectivamente, yo también leí este post y dije: vaya que sitio más interesante para conocer y sus precios son bastante buenos (según leí aquí). Pero llegas allí y pides dos cafés y te ponen una mini magdalenas, conguitos y un mini bollito y al recibir la cuenta debes abonar 12 €. Total que te sientes casi obligado a comerte lo que te ponen por que te lo estan cobrando a precio de oro. La calidad: un café normalito, sin más. Para nada se acerca a otros que he podido probar en otros lugares.
ResponderEliminarEl entorno: agradable. Es un lugar curioso, si no se te pone al lado una mesa grande de gente que habla de forma más que elevada. Pero en general ha de reconocerse que el lugar, aunque pequeño, esta decorado con muy buen gusto. Sobretodo cabe señalar una mesa que se encuentra en el fondo de la terraza con una especie de cenador.
Por último, la lentitud del servicio. No hay muchas mesas pero aún así se hace todo muy muy lento.
¿Veredicto final? No creo que repita. En primer lugar, y seamos sinceros, por el precio. Hay rincones en el mismo centro de Madrid con muchísimo encanto, apartados del bullicio pero mucho más económicos. No creo que haga falta subir a una terraza de una azotea para disfrutar de un café único.
Es un lugar unicamente preparado para la estética y eso lo dice casi todo. Si tienes que llevar a alguien a un sitio céntrico y con encanto a tomar un trozo de tarta y un café... adelante. No estropees la buena impresión haciéndole comer.
ResponderEliminarA tu criterio queda si atravesar dos pisos de tienda es lo mejor para llegar a los salones . Yo en mi casa no atravieso el baño ni los dormitorios para llegar al comedor.
En tu criterio también está si fiarte en la elaboración de lo que te sirve de alguien que demuestra poco respeto por la legalidad.Me explico.
La primera sorpresa es la siguiente:Está prohibido cargar el IVA sobre el precio que viene marcado en la carta y ellos lo hacen.
Se sube directamente a la terraza que es un local diferenciado del resto , con acceso independiente ( siempre atravesando la tienda ), de hecho en su propia página web se diferencia el "jardín secreto" de sus "salones de té".La segunda sorpresa desagradable viene del hecho de un recargo de un 20% mas IVA por servicio en terraza, cuando de hecho siguendo su propia pagina web estás acudiendo a un local " jardín secreto" concebido exclusivamente como terraza y vendido publicitariamente como tal.¿ Dónde advierte de ésto ?. Has acertado en la famosa letra pequeñisima perdida en un rincón de la lista de precios.
Si no hay intención de engaño porqué no se incluyen los precios finales en el listado tal y como exige la legalidad vigente respecto a los locales de restauración
Yo personalmente creo no todo vale y a quien juega con las legalidad para engañar al consumidor hay que dejarle de lado. Mi familia así lo hemos hecho con este local al que hemos desterrado de nuestras preferencias. Jamás volveremos.
Pues yo estuve mirando los precios para ir con mi marido y pasar un rato en un sitio distinto, pero en vista de los comentarios que he leído no iremos. GRACIAS POR LA ADVERTENCIA.
ResponderEliminarLa verdad es que el sitio es agradable, pero para entrar en el jardín o en el salón de te tienes que hacer cola, te dan un disco, para que cuando tengas preparada la mesa te avisa y ya puedes subir, es Surrealista.Que tengas que hacer cola para tomarte un café y te cobren mas de cinco euros.
EliminarSurrealista que tengas que hacer cola para tomar un café de cinco euros, esperas una cola, luego te dan un disco que brilla y cuando la mesa está preparada , puedes subir a una terraza bien decorada con mesas muy juntas y con camareras que recuerdan al siglo pasado.
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